4 de julio de 2012

QUIEN CON NIÑOS SE ACUESTA.....



Cuanta razón tenia aquel o aquella, que acunaron la conocida frase de: "QUIEN CON NIÑOS SE ACUESTA, MEADO SE LEVANTA".

Sin ir más lejos, esto mismo se podria aplicar a las tortuosas experiencias que sufrí, (sin ser padre ni tener vástago alguno reconocido ,ni ganas, para que vamos a engañarnos), al trabajar en la organización de la cafeteria de uno de esos centros de ocio infantil llamados Ludotecas o más conocidos como Chiquipark.

Para muestra un botón. Lo que en un principio deberia ser un espacio independiente, para los adultos; sentados en comodos sofas y tomando un refresco entre sosegadas charlas, saboreando un cafe al abrigo de la prensa, o comiendo algo sencillo para matar el gusanillo mientras los pequeños demonios desahogan toda la energia acumulada en sus celulas, brincando como cabras en el monte y gritando como holligans en el campo, en las instalaciones acondicionadas para ello y inteligentemente valladas e insonorizadas con paredes de cristal bajo la tutela de unas pobres y sufridas monitoras infantiles; se convirtió en un campo de batalla, para desgracia de algunos clientes y yo mismo. Desde entonces, estoy convencido de que Poncio Pilatos fue un total incomprendido,  un santo varon prejuzgado con escarnio por la história.

La imagen era tan surrealista como caotica. Mientras una colección de variopintas madres se interpelaban a gritos entre ellas sobre los regalos que traian a la celebración del cumpleaños de alguno de aquellos pequeños monstruos y las memeces varias del típico chismorreo colectivo de marujeo; la prole se abandonaba a destrozar la calma y el buen ambiente del que disfrutaban otros clientes en el espacio de la cafeteria. Unos,  saltando como posesos Gremlins en los sofas, aporreando las paredes de un acuario e intentando pescar a los dos pobres habitantes, metiendo la mano hasta el codo mientras otros se dedicaban a pegar balonazos a diestro y siniestro, o se peleaban iracundos por un destrozado libro de cuentos o libraban una batalla campal con las piezas-puzzle de una alfombra de juegos de goma espuma, que se cruzaban en el aire como misiles balisticos en plena contienda militar. Y todo ello... ante una total indiferencia y mal educada despreocupación de sus respectivas responsables!

Recuerdo perfectamente la cara de espanto, impotencia e incredulidad de una pobre señora que estaba sentada leyendo tranquilamente la prensa, y  sorprendida por la encarnizada contienda, se esforzaba, sin ninguna suerte, en  intentar resguardar la tacita de cafe con sus manos ante la posibilidad de que la pelota o alguna de las piezas-puzzle acabaran volcandosela en el regazo (que lo hizo), a la vez que me interrrogaba suplicante y en silencio con la mirada mientras yo mismo hacia equilibrios, con la bandeja llena de botellas y vasos, por no pisar a ninguno de los histericos niños que correteaban freneticos bajo mis pies.

.-"... pero.... ¿es que no se dan cuenta?... " . Se atrevió a balbucear la pobre mujer, limpiandose las pocas gotas de cafe (frio, por suerte) que le cayeron en las piernas.

Realmente, aquello era para dar un par de gritos y soltar algún cachete y que no se escandalice nadie, que eso no seria maltrato infantil, seria justo castigo corrector ante tanta mala educación. El mismo que nos aplicaron nuestros padres en su dia y que ha ayudado a inculcarnos el sentido de la corrección y el respeto por las personas. Pero como los propios progenitores se hacian los suecos, nos tocó imitar a aquellos tres monitos del NO VER, NO OIR Y CALLAR.

Aún me sigo preguntando ¿quien era más mal educado; si los niños, por gamberros y descerebrados o los padres,  por inconscientes, indulgentes y excesivamente tolerantes?.

Ahora que ya pertenece todo al pasado (un pasado que prefiero olvidar), me atrevo a parafrasear a la actriz Vivien Leigh en "Lo que el viento se llevó",  mientras alzo el puño amenazador al rojizo cielo del atardecer y grito desesperado a los cuatro vientos aquello de:

 "...A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pisar un Chiquipark!!..."


(uuuuffff...... me he quedado algo más descansado...)

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