Sonaba el piano en el salón mientras el señor cliente sentado en las mesas más cercanas a los aseos y el cambiador se parapetaba tras el ABC.
El camarero intentaba servir al resto de clientes y no caer por las continuas patadas y zancadillas que un mocoso engominado de 5 años le propinaba, a pesar de las escasas, despreocupadas, languidas y cansinas advertencias que su padre balbuceaba tras el periodico ".- Borjaaa, no moleeessteess".
La madre, luciendo un encarnado y reventón "guiri-carmesi" en sus opulosas carnes y enjoyada entre osos y otros chismes, jugueteaba con Macarena, posada en dos sillones encarados a modo de cuna mientras se quejaba a su marido (airada y más que ofendida) de que el buffet libre no tuviese salmón ahumado.
Cuando la familia enfiló hacia sus habitaciones, el camarero retiró el servicio de café , el botellín de agua (del super) con los restos de galletas
(tambien del super) y el paquetito que tan curiosamente dejaron en el centro de la mesa...
".- Ten cuidado..." le dijo a su compañera de la barra mientras le alcanzaba el presente, " ...que Macarena nos ha dejado un regalito!!".
(cuanto más aparentan, menos son)
Pues para no ser escritor... lo haces realmente bien. Ánimo con este rinconcito, tiene una pinta increíble.
ResponderEliminarYo andaré por aquí siguiendo tus letras.
Un besazo.
Jana